Mónica Terribas es una de las periodistas más reconocidas del panorama televisivo catalán. Presenta y dirige el programa informativo y de entrevistas La nit al dia de TV3. Su programa es un producto al servicio de los ciudadanos y un ejemplo clarísimo de profesionalidad y rigor periodísticos con los que esta mujer ejerce su profesión. La periodista empezó a colaborar en Televisió de Catalunya en 1988 y desde entonces, prácticamente no ha dejado de trabajar en el ente público catalán. Además, compagina su labor periodística con la docencia, ejerciendo como profesora titular del departamento de Teoría de la comunicación en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Mónica Terribas ha conseguido ganarse el respeto absoluto de todos sus entrevistados gracias a su tenacidad, su capacidad de réplica inmediata a la hora de entrevistar y sus preguntas contundentes e incisivas sobre los invitados. Es tal su eco mediático que ha sido imitada y parodiada en el famoso programa de humor y sátira política Polònia de TV3. ¿Se esconderá quizás una mujer dulce y sensible tras esa apariencia de femme fatale?
El mes pasado fuiste galardonada con tres premios. ¿Podemos decir que estás en buena racha?
Los momentos profesionales, por suerte, no se definen por los premios, sino porque cuando haces el trabajo, lo disfrutas, y más si le resulta útil a los espectadores. Los premios son un reconocimiento al trabajo que haces.
¿Crees que ha llegado el punto más alto de tu profesión?
Para mí, mi profesión no es una escalera; no me planteo nunca donde estoy. Soy periodista. Ahora me toca hacer “La nit al dia” y he realizado muchas otras actividades detrás de la cámara que durante muchos años me han llenado tanto como lo que ahora hago.
¿La nit al dia es un informativo de autor?
Es muy difícil decir esto. Yo no marco los contenidos del programa ni entrevisto a quien me apetece ni hago las preguntas que me vienen en gana, sino que tengo un equipo de informativos detrás dirigido por Rosa Marqueta que establece los criterios informativos en toda la redacción.
¿Pero si que aportas un tono mas personal?
“La nit al dia” tiene un formato que permite que la personalidad de la persona que lo conduce sea más transparente porque cuando tu entrevistas, si te implicas en los temas y sientes curiosidad por aquello que te explican, hay una parte de la manera de ser que sale en el modo de cómo realizas las preguntas y por el lenguaje no verbal.
¿Hay algún invitado que haya reaccionado mal a tus preguntas?
Nuestro trabajo no es maquillar a los invitados, sino informar al espectador. Si para informar debes hacer una pregunta que es incómoda, la haces, es nuestro trabajo. A veces es un momento violento. También es muy diferente escribir la pregunta en un papel que tener al personaje delante al cual le has de hacer la pregunta y se la haces.
¿Y lo consigues?
A veces desde casa el espectador se pregunta “¿Cómo es que aún no le ha preguntado esto?” Pero quizás llevas 10 preguntas y aún no has dejado respirar al invitado. Hay un momento en el que llegas a ver el sufrimiento de la gente. Cada entrevista tiene su ritmo y tiempo.
Como entrevistadora eres directa y dura con los invitados…
Evidentemente, cuando tienes delante a un político que ha puesto en peligro la estabilidad de un gobierno, no estás para niñerías. En ese momento has de reflejar el espíritu de la ciudadanía.
¿Te han dicho alguna vez que tienes un tono agresivo haciendo entrevistas?
Si, pero supongo que esto se debe a que soy una mujer. Creo que si fuera un hombre, esto no se hubiera planteado en ningún momento. Aún estamos en ese momento en que una mujer que hace preguntas que haría cualquier periodista se vuelve agresiva.
¿Qué objetivos tiene la “La nit al dia”?
El objetivo principal es informar, no entretener. Intento que la gente se interese por el discurso pero no pretendo que se entretenga. Lo que si es interesante es aquella gente que se siente atrapada en el discurso.
¿Cómo lo conseguís?
Utilizando un lenguaje muy directo y llano. En no querer utilizar un lenguaje rocambolesco, intentando no querer demostrar que los periodistas lo sabemos todo porque no es verdad y no intentar engañar a la gente.
¿Cuál es la prioridad informativa de “La nit al dia”?
La prioridad es la actualidad, siempre. Nos planteamos que pasa hoy y como podemos tratarlo. Hay veces que por el horario que tenemos quizás no es la persona idónea para hablar, pero de peores hemos salido.
¿Cómo puedes compaginar el mundo del periodismo con la Universidad?
Hay épocas que son mas duras que otras. Hace diez años que estoy en la universidad y que doy clases a un ritmo muy intenso, y entonces ésta es una vocación que tengo a parte de la de periodista. Hay épocas en las que se te hace mas duro, sobre todo por el horario, pero creo que dejar la universidad a largo término seria un error.
¿En qué te enriquecen los alumnos?
En todo. Cuando empecé a dar clases en la universidad tenia 24 años, la misma que mis alumnos. Sus perspectivas y sus mundos eran los mismos que los míos. Ahora ya tengo 36 años y ellos aún tienen 24, su mundo ya no es el mismo que el mió.
¿Te han salido ofertas de otras cadenas?
No y no tengo ninguna intención de irme. Empecé a trabajar en Televisio de Catalunya en el año 1988 y no he dejado de estar ahí, exceptuando la época que me fui a Escocia a realizar mi tesis doctoral, y si puedo, quiero desarrollar mi carrera profesional en TVC. Me siento a gusto en los medios de comunicación de aquí y mi ámbito de trabajo es Catalunya.
Texto y Fotos: Eric Romaguera
domingo, 10 de febrero de 2008
Pepe Viyuela: “El fracaso no es sinónimo de desgracia, es nuestra condición y debemos aceptarla”
Tú no sabes lo cruel que es cuando te lavas la cara y no saber cuando parar, es una de las frases con las que Pepe Viyuela nos ayuda a soportar mejor el final del fin de semana poniéndose en la piel de Chema, el tendero de la sitcom “Aída”.
Ahora lo podemos ver de nuevo encarnando el papel de Filemón en “Mortadelo y Filemón. Misión: Salvar la Tierra” donde los dos agentes de la TIA, nos recuerdan las trastadas que tanto nos hicieron reír de pequeños y no tan pequeños.
Aficionado al mundo del circo, se considera un “clown” que consigue hacer de sus desgracias un mundo de gracia. Tiene claro que en esta vida, el payaso esta infravalorado, terminando por ser hoy en día un insulto y no ese ser que te arranca una sonrisa desde lo más profundo del corazón.
¿Cómo llega tu afición a Mortadelo y Filemón?
Yo nací en 1963 y ellos llevaban desde 1958 haciendo trastadas, quien me acercó al mundo de Mortadelo y Filemon fueron mis padres, supongo que con la intención de acercarme a la lectura y de proporcionarme momentos de gozo. Al nacer mis hijos, me convertí en un contaminador, tal y como hicieron mis padres.
¿Cómo te sientes al encarnar a un personaje con el que has crecido?
El destino me regalo la posibilidad de encarnar a Filemón, ahí ya ha pasado a formar parte de mi vida, y ya no me lo voy a quitar en la vida. En la primera película, Guillermo Fesser me dijo, vaya putada que te he hecho porque no te lo vas a quitar en la vida. Ahora le doy las gracias a Miguel por contar conmigo en la segunda película
Después del éxito de la primera película. Te vuelves a poner a la piel de Filemon, cambiando de director, de compañero, de productora… ¿Tendremos secuela?
Terminando la primera, me despedí de Filemón, como me despido de los personajes que hago y muchos, la mayor parte de ellos, no los vuelves a hacer en tu vida. Ha surgido una segunda y ahora me vuelvo a despedir de Filemon, sin saber si me volveré a encontrar con él. Es como cuando te despides de los amigos diciéndoles hasta la vista. No eres tan agorero como para decirles a ver si nos volvemos a ver (Risas). Pero con los personajes si se hace más. Cuando uno cuelga un personaje, ya tiene la sensación de que no va a volver a interpretarlo.
Habiendo estudiado filosofía… ¿Cómo llegas al mundo de la interpretación?
Me gustaba. Cuando estudiaba filosofía, también hacía teatro. Estaba en un grupo de teatro de amigos aunque mis primeros pasos en el teatro los di con 14 o 15 años en un grupo de barrio. Me gustaba mucho una chica, a la que también le gustaba el teatro y era una manera de compartir tiempo y aficiones. Primero me enamoré de ella y después ella hizo que me enamorara del teatro. Al terminar la carrera, entré en la escuela de arte dramático de Madrid y ahí ya fue cuando vi claro qué era lo que me gustaba. No tenía claro que me pudiera dedicar a ello profesionalmente, si no que me lo tome como una afición, pero tuve suerte y he podido dedicarme a ello
Te recordamos por el papel de Chema en “Aída” pero pocos se acuerdan de ese papel en el popular concurso “Un, dos, tres” con la frase “¿Y esto qué es?”…
Te remontas al año 88, hace 20 años. Cuando yo empecé a hacer cosas en la televisión. Pocas personas se acuerdan, ya que el gran publico de la televisión aun no había nacido. Desde entonces y hasta ahora hay un largo recorrido.
Y esa afición a escribir…
Todos tenemos muchos rincones, el ser humano no es algo plano. Uno es hermano, padre, hijo, amigo… Y después tiene aficiones. A medida que vas conociendo a una persona vas encontrando ese montón de facetas y de rincones que te lo hacen completo. La gente me conoce por la interpretación pero a parte hay otras cosas en mi vida, una de ellas es la literatura, siempre me ha gustado mucho escribir, formaba parte de mi intimidad y de actividades que yo hacía para mi mismo.
En 2003, publicaste el libro “Bestiario de un circo”
Es un libro de textos cortos donde se hace un retrato de los distintos personajes del circo y es un libro con el que estoy muy contento.
¿Tiene algo que ver publicar un libro sobre el mundo del circo con tu afiliación a la ONG “Payasos sin fronteras”?
Sí, tiene mucho que ver. A mi me gusta el circo, me siento payaso. Todo eso va creando unas sensaciones dentro de ti que un buen día a través de la literatura se plasman. Mi amor por el circo, mi amor por la organización, por viajar a lugares en conflicto y arrancarles una sonrisa a los críos. Todo tiene que ver, en este caso.
Has dicho que te sientes payaso. ¿Cómo consideras que hoy en día la palabra payaso sea considerada un insulto?
Es normal. El payaso es un ser muy generoso, que se entrega y que busca a través de su desgracia provocar fiestas. El payaso es un mago que construye desde el fracaso, una fiesta. En un mundo en el que los triunfadores son todo lo contrario a un payaso, guapos, esbeltos… el payaso es todo lo contrario, un ser estrafalario que suele ser un desastre, que fracasa en todo. Es lógico que en un mundo como este en el que lo que importa sea el triunfo, el payaso esté mal visto. El payaso representa precisamente al marginado y por eso me gusta tanto. Reivindico a través del payaso el derecho a fracasar, el derecho a perder y no por eso ser considerado un ser inferior, quizá todo lo contrario. El ser que fracasa, pero continúa adelante, a mi juicio, merece más respeto y más admiración que el ser que esta montado en el caballo del triunfo y va a todas partes.
Gran parte de la frustración del momento en el que vivimos es debido a eso, queremos ser triunfadores cuando realmente no somos triunfadores. Somos seres terráqueos y terrenales. Estamos sujetos a la tierra y vamos a estar cayendo constantemente. Somos seres nacidos para fracasar. El fracaso no es sinónimo de desgracia, es nuestra condición y debemos aceptarla
¿Cómo tiene la agenda Pepe Viyuela?
Estoy ensayando una obra de teatro en Madrid, que estrenaremos el día 11 de marzo. Y se está gestando otra función que empezaremos a ensayar en junio para estrenarla en el festival de teatro de Mérida.
Texto y Fotos: Eric Romaguera
Ahora lo podemos ver de nuevo encarnando el papel de Filemón en “Mortadelo y Filemón. Misión: Salvar la Tierra” donde los dos agentes de la TIA, nos recuerdan las trastadas que tanto nos hicieron reír de pequeños y no tan pequeños.
Aficionado al mundo del circo, se considera un “clown” que consigue hacer de sus desgracias un mundo de gracia. Tiene claro que en esta vida, el payaso esta infravalorado, terminando por ser hoy en día un insulto y no ese ser que te arranca una sonrisa desde lo más profundo del corazón.
¿Cómo llega tu afición a Mortadelo y Filemón?
Yo nací en 1963 y ellos llevaban desde 1958 haciendo trastadas, quien me acercó al mundo de Mortadelo y Filemon fueron mis padres, supongo que con la intención de acercarme a la lectura y de proporcionarme momentos de gozo. Al nacer mis hijos, me convertí en un contaminador, tal y como hicieron mis padres.
¿Cómo te sientes al encarnar a un personaje con el que has crecido?
El destino me regalo la posibilidad de encarnar a Filemón, ahí ya ha pasado a formar parte de mi vida, y ya no me lo voy a quitar en la vida. En la primera película, Guillermo Fesser me dijo, vaya putada que te he hecho porque no te lo vas a quitar en la vida. Ahora le doy las gracias a Miguel por contar conmigo en la segunda película
Después del éxito de la primera película. Te vuelves a poner a la piel de Filemon, cambiando de director, de compañero, de productora… ¿Tendremos secuela?
Terminando la primera, me despedí de Filemón, como me despido de los personajes que hago y muchos, la mayor parte de ellos, no los vuelves a hacer en tu vida. Ha surgido una segunda y ahora me vuelvo a despedir de Filemon, sin saber si me volveré a encontrar con él. Es como cuando te despides de los amigos diciéndoles hasta la vista. No eres tan agorero como para decirles a ver si nos volvemos a ver (Risas). Pero con los personajes si se hace más. Cuando uno cuelga un personaje, ya tiene la sensación de que no va a volver a interpretarlo.
Habiendo estudiado filosofía… ¿Cómo llegas al mundo de la interpretación?
Me gustaba. Cuando estudiaba filosofía, también hacía teatro. Estaba en un grupo de teatro de amigos aunque mis primeros pasos en el teatro los di con 14 o 15 años en un grupo de barrio. Me gustaba mucho una chica, a la que también le gustaba el teatro y era una manera de compartir tiempo y aficiones. Primero me enamoré de ella y después ella hizo que me enamorara del teatro. Al terminar la carrera, entré en la escuela de arte dramático de Madrid y ahí ya fue cuando vi claro qué era lo que me gustaba. No tenía claro que me pudiera dedicar a ello profesionalmente, si no que me lo tome como una afición, pero tuve suerte y he podido dedicarme a ello
Te recordamos por el papel de Chema en “Aída” pero pocos se acuerdan de ese papel en el popular concurso “Un, dos, tres” con la frase “¿Y esto qué es?”…
Te remontas al año 88, hace 20 años. Cuando yo empecé a hacer cosas en la televisión. Pocas personas se acuerdan, ya que el gran publico de la televisión aun no había nacido. Desde entonces y hasta ahora hay un largo recorrido.
Y esa afición a escribir…
Todos tenemos muchos rincones, el ser humano no es algo plano. Uno es hermano, padre, hijo, amigo… Y después tiene aficiones. A medida que vas conociendo a una persona vas encontrando ese montón de facetas y de rincones que te lo hacen completo. La gente me conoce por la interpretación pero a parte hay otras cosas en mi vida, una de ellas es la literatura, siempre me ha gustado mucho escribir, formaba parte de mi intimidad y de actividades que yo hacía para mi mismo.
En 2003, publicaste el libro “Bestiario de un circo”
Es un libro de textos cortos donde se hace un retrato de los distintos personajes del circo y es un libro con el que estoy muy contento.
¿Tiene algo que ver publicar un libro sobre el mundo del circo con tu afiliación a la ONG “Payasos sin fronteras”?
Sí, tiene mucho que ver. A mi me gusta el circo, me siento payaso. Todo eso va creando unas sensaciones dentro de ti que un buen día a través de la literatura se plasman. Mi amor por el circo, mi amor por la organización, por viajar a lugares en conflicto y arrancarles una sonrisa a los críos. Todo tiene que ver, en este caso.
Has dicho que te sientes payaso. ¿Cómo consideras que hoy en día la palabra payaso sea considerada un insulto?
Es normal. El payaso es un ser muy generoso, que se entrega y que busca a través de su desgracia provocar fiestas. El payaso es un mago que construye desde el fracaso, una fiesta. En un mundo en el que los triunfadores son todo lo contrario a un payaso, guapos, esbeltos… el payaso es todo lo contrario, un ser estrafalario que suele ser un desastre, que fracasa en todo. Es lógico que en un mundo como este en el que lo que importa sea el triunfo, el payaso esté mal visto. El payaso representa precisamente al marginado y por eso me gusta tanto. Reivindico a través del payaso el derecho a fracasar, el derecho a perder y no por eso ser considerado un ser inferior, quizá todo lo contrario. El ser que fracasa, pero continúa adelante, a mi juicio, merece más respeto y más admiración que el ser que esta montado en el caballo del triunfo y va a todas partes.
Gran parte de la frustración del momento en el que vivimos es debido a eso, queremos ser triunfadores cuando realmente no somos triunfadores. Somos seres terráqueos y terrenales. Estamos sujetos a la tierra y vamos a estar cayendo constantemente. Somos seres nacidos para fracasar. El fracaso no es sinónimo de desgracia, es nuestra condición y debemos aceptarla
¿Cómo tiene la agenda Pepe Viyuela?
Estoy ensayando una obra de teatro en Madrid, que estrenaremos el día 11 de marzo. Y se está gestando otra función que empezaremos a ensayar en junio para estrenarla en el festival de teatro de Mérida.
Texto y Fotos: Eric Romaguera
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