domingo, 6 de abril de 2008

Albert Espinosa: "Cuando la gente me pregunta que se tiene que hacer para ser guionista les digo que se hagan ingenieros industriales"

Albert Espinosa es un hombre lleno de talento y sabiduría, cualidades que florecieron en él desde la adolescencia, cuando la vida le puso por delante un terrible desafío: El cáncer. Con catorce años aprendió a aceptar con humor y optimismo las continuas entradas y salidas del hospital donde sufrió grandes y grabes operaciones y la amputación de una pierna. Diez años duró su batalla contra esta enfermedad que finalmente se convirtió en su aliada. Ahora nos habla un poco sobre su primer libro “El mundo amarillo” que es sobre todo una filosofía y una forma de vivir. El mundo amarillo la forma que tiene de ver la vida Albert después de la enfermedad, para aplicar las enseñanzas que aprendió en sus diez años de cáncer a una vida sin cáncer donde nos habla de muerte, de la tristeza, del dolor sin tapujos y de la felicidad. Ahora acaba de terminar el rodaje de la película “No me pidas que te bese porque te besaré”; de la que es director, guionista y actor. Ha sido guionista de grandes éxitos en el cine como: “Planta 4ª” “Tu vida en 65’” o “Va a ser que nadie es perfecto”.
Hablando un poco del mundo amarillo ¿Cómo surge la idea?
Fue un encargo. Nació después de “La Contra” del diario “La Vanguardia” ya que me llamaron algunas editoriales pidiéndome un libro. Yo tenía en la cabeza “El mundo amarillo” desde que escribí “Planta 4ª”. Algunas editoriales me pedían libros de cómo vencer al cáncer, pero no era lo que yo quería escribir. Así que pensé en escribir el libro que realmente me apetecía escribir.
En el libro nos hablas que los “Amarillos” son aquellos que hacen que el mundo funcione un poco mejor ¿Quién hace tu mundo “amarillo”?
Para mi, los amarillos son las personas que están entre los amigos y los amantes y estas personas “amarillos” son aquellas que tu conocías en un aeropuerto, en una ciudad y tenías la sensación de que eran personas muy cercanas, que te ayudaban a entender cosas tuyas y a crecer como personas y también pueden ser las personas que antes se denominaban los mejores amigos. Para mi lo chulo de los “Amarillos” es la sensación de no tener que cuidar, es decir, tu puedes estar tres años en un trabajo, perder el contacto con esa persona durante un año y cuando la vuelves a ver notar que sigue habiendo esa sensación de amistad que no se podría llamar así porque la amistad se basa en quedar y cultivar. Hacía falta la palabra, así como la inteligencia emocional sabemos como denominarla creo que los amarillos a veces te sabe mal cuando han pasado los años porque no le llamas o no le escribes, pero es un amarillo y no hace falta cultivarlo.
Encontré muchos amarillos en el hospital y pienso que cada persona tiene 23 amarillos y hay una forma para encontrarlos y para buscarlos.
¿23 amarillos?
Yo tengo una parte de ingeniero industrial, porque para mí, en otra parte soy guionista. Para mí el 23 siempre me ha alucinado: 23 son los segundos que tarda en recorrer la sangre todo el cuerpo, 23 son los discos que existen en la columna vertebral, 23 son los cromosomas que da cada parte de la pareja y el cromosoma 23 será el sexo del niño. Siempre he creído que era un número muy mágico. Todo el mundo tiene relación con un 23. Yo perdí una pierna un 23 de abril. Creo que al pensar el número de amarillos, probar cosas y hacer estadísticas me salía siempre el numero 23, así que creo que esta bien que sea un número limitado de amarillos, ya que no creo que sea tan fácil encontrarlas pues a veces nos parece una persona amarilla y con el tiempo descubres que no lo es. Es una sensación que te tiene que hacer crecer y tienes que hacer un trabajo previo para encontrarlo.
¿Podemos estar rodeados de amarillos y no darnos cuenta?
Existe la belleza sensual, la belleza sexual y luego la amarilla que son cosas de las personas que no sabes porque pero te llaman la atención. Al final puedes descubrir sabiendo cuales son tus trazas amarillas y cuando te cruces con una persona amarilla poderla encontrar. Hay gente que después de leer el libro me dicen pues tal persona para mi ya es amarilla. Mas de uno tiene personas cercanas a las que ahora puede denominar amarillas pero hasta el momento las conocía como amarillas. Creo que esta bien encontrar una palabra que diferencie a un amigo de algo mas. Si las formas han cambiado, cambiemos también la palabra que los diferencia. Considero que si la pareja tiene un 95% de contacto físico, entre amarillos debe de existir un 40% de abrazos y de caricias. Pienso que es importante esa sensación de cercanía pues en la amistad se pierde y con los amarillos es algo que jamás ocurre.
En la película de “Va a ser que nadie es perfecto” haces algunas alusiones a tu mundo amarillo, como por ejemplo Dani y David…
No, yo creo que no. Para mi mas bien son amarillos, los tres amigos. El caso de David y Dani es que son gays. Lo que pasa es que yo creo que los tres amigos, o las relaciones que pongo en mis películas siempre juego a que son amarillos. En cada película yo siempre les hablaba de las reglas amarillas a los actores y a los directores pues creo que es muy importante explicarles mi mundo. Por ejemplo que no se den tanto la mano, si no que halla abrazos. A mi me gusta esta cercanía. En la película de “Tu vida en 65’” los tres personajes son muy amarillos e incluso creo que el personaje que interpreta Oriol Vila y la chica también tiene este concepto amarillo de cambiar la vida.
Tanto en “Va a ser que nadie es perfecto” como “Tu vida en 65’” o “Planta 4ª” la acción se centra en tres personajes principales. ¿Otro número mágico?
Yo creo que funciona muy bien el número de tres. Siempre intento que sean tres los que me encabecen la historia. En “Planta 4ª” eran cuatro pero al morir uno al principio de la película, quedan en tres. “Va a ser que nadie es perfecto” y “Tu vida en 65’” tienen una semejanza, pues yo quería explicar la vida de tres personajes, tres amarillos. Por un lado me gustaba explicar la vida en una noche y por la otra la vida en un día. Soy una persona que tiene muy en cuenta los tiempos. Planta 4ª duraba una semana exacta y cada día había una salida nocturna; el lunes llega el chico y el domingo se vuelve a ir. Me he basado en películas como “El club de los poetas muertos” o “Cuenta conmigo” protagonizadas por tres o cuatro personajes.
Próximamente te estrenas como director con “No me pidas que te bese, porque te besare”. ¿Con qué nos vas a sorprender?
Son dos obras: “No me pidas que te bese” y “El club de las pajas” que al juntarlas han hecho que me lo pase muy bien dirigiendo donde he podido crear mi mundo total y poner todas las reglas que tenía. La gente no lleva gafas. Siempre había querido crear un mundo sin gafas, o que las mesas fueran cuadradas. Era muy complicado llevarlo a cabo porque otros directores pueden tener otro concepto. En este film yo me he puesto de coprotagonista junto con Eloy Azorín. Es una historia que me gusta mucho. Trata sobre un chico que se tiene que casar con su novia y no sabe si la quiere o no la quiere cuando faltan cinco días para casarse y se apunta a curso de guitarra con discapacitados mentales aunque me gusta más la palabra especiales porque creo que lo refleja más y a partir de conocer a estos especiales, estos le enseñan un truco para saber si quieres o no quieres a una persona. Creo que habla un poco de las carencias y de las personas que no pueden querer o que no tiene oído musical, que deberían de ser carencias grabes y minusvalías que contasen respecto a las que cuentan que realmente no tienen mucho que ver.
Un guiño hacia el personaje que interpreta Fernando Tejero en “Va a ser que nadie es perfecto” que no sabe si quiere o no quiere a su novia…
A mi las bodas me gustan mucho y en “Va a ser que nadie es perfecto” no pude jugar al 100% con esa historia pues eran tres historias que cada uno tiraba por un lado distinto. A mi me apetecía escribir tres historias en las que en una alguien estuviera enamorado de un chico, otro que estuviera enamorado de una chica y otro que estuviera enamorado de un objeto como en este caso una risa. Jugué a tres tipos de amores pues te puedes enamorar de cualquier cosa y es totalmente lícito. Así quería reflejar a alguien que se enamore de una risa así que al llevarlo allí no pude hablar de la boda y a mi es un tema que me gusta mucho ya que nadie tiene la certeza de estar acertando con la persona con la que está. Tenía ganas de hacer una película que reflejase eso. Lo que creo que es la gran duda ahora mismo, no solo por parte de la juventud si no de cualquier edad.
Pasas hasta los 24 años hospitalizado. Cuando sales definitivamente decides estudiar ingeniería ¿Por qué esa carrera y no comunicación audiovisual?
Entre un poco antes. A los 19 empecé la carrera de ingeniería pero otro cáncer me impidió poder continuar los estudios y tener que retomarlos tiempo más tarde. Yo nunca hice nada relacionado con comunicación audiovisual e incluso la gente piensa que en mis tiempos de hospital yo escribía, cosa que no me interesaba en absoluto. Me gustaba la ingeniería, el álgebra, la mecánica y realmente me apunté a la carrera que a mí me gustaba pero creo que tuve la suerte de entrar en la facultad con más actividad extra universitaria de toda España, el cineclub más antiguo, tres corales, un grupo de teatro y me apunté a ese grupo e hice una obra que se llamaba “Un novato en la universidad” que trataba sobre lo duro que es el primer año en la universidad y cómo cambia tu mundo. Trataba sobre un chico que todo lo relaciona con el cine: El primer día lo relaciona con “La chaqueta metálica”, las reclamaciones de exámenes con “El padrino”, una obra que funciono muy bien, la hicimos en Cataluña para luego adaptarla con el título de “Un novato en ingeniería” y hacerla por diversas escuelas de ingeniería de España y finalmente se quedó con el título de “Un novato en la universidad” para adaptarlo a cualquier carrera. Aunque también recuerdo que la representamos por toda Europa en las versiones Francesa e Inglesa.
Tengo que reconocer que la obra de teatro sirvió para algo más que para que nosotros nos lo pasáramos bien. Hasta antes de la obra, suspendía el 70% de los alumnos de primero para pasar al 30% después de la obra. Lo mismo pasó con “Planta 4ª”, las visitas aumentaron un 65% después de la película para ver a niños con cáncer. Me fascino el teatro y actuar porque era la primera vez que hacía teatro y que escribía y a partir de aquí empecé a hacer todas las obras de teatro con mi grupo de ingenieros mientras hacía la carrera o trabajaba en TV3. Creo que me metí en la mejor carrera para dedicarme en el mundo del guión ya que no tenía ningún tipo de competencia, un teatro para mi solo y realmente disfrutaba mucho. Cuando la gente me pregunta que se tiene que hacer para ser guionista les digo que se hagan ingenieros industriales ya que hay como una poesía en la ciencia. Gente como Rowan Atkinson (Mr. Bean), Pompeu Fabra o Donald Sutherland son ingenieros industriales con lo cual yo creo que no se aleja tanto porque a mi la cabeza me dio la forma de hacer 14 asignaturas para poder hacer 14 cosas en una empresa coordinando y en realidad yo hago 14 tipos de guiones.
Pocas personas saben que “Planta 4ª” es autobiografica ¿Cómo decides dar el paso de recordar los tiempos que pasaste?
En si lo empecé a escribir porque estaba harto de ver películas de cáncer que no reflejaban la realidad y todas tenían un final trágico en las que el personaje moría donde enseñaban al enfermo triste con la quimioterapia, sin pelo y con la morfina y no es la imagen que yo tuve ya que de los 10 años que yo tuve cáncer puedo decir que el cómputo es feliz aunque pase momentos duros en la quimio pero pasé momentos divertidos y muy interesantes. En el 85% de los casos no hay dolor físico. Yo en los 10 años que tuve cáncer no recuerdo haberlo padecido cómo la mayoría de mis amigos y lo que no aparece es ver a un niño con cáncer y jugando a fútbol que es lo que yo hacía con mis amigos y hasta una semana o dos antes de que me cortaran la pierna era lo que hacía. Todo esto hace que las personas no vayan a ver a los enfermos al hospital, que si te dicen que tienes cáncer de pulmón vomitarás sangre como lo que hemos visto en las películas, cosa que hace que se relacione indirectamente cáncer y muerte. Yo cuando voy a ver a niños con cáncer, les veo el susto en la cara por producto del cine así que creí que era bueno hacer una peli positiva.
Hay una frase característica tuya que hemos podido oír en varias de tus películas “No soy cojo, soy cojonudo”…
Soy una persona a la que le gusta utilizar frases comunes de un personaje a otro y no considero que me copie o me haga homenajes, simplemente que yo creo que los personajes que utilizo son muy pocos y los nombres nunca cambian mucho; Hay muchos Dani, David y Albert. A mí me gustaba que fuera un grito de guerra de los cojos ya que siempre hacen los chistes de cojos y las piernas de madera que yo oigo hasta la saciedad así que a mí me gusta que en un par de películas la gente este orgullosa de decir “Soy cojo, soy cojonudo”.
Hablas de que se repiten varios nombres. Cuéntame un poco eso…
Yo intento que siempre los nombres femeninos empiecen por la letra C como es el caso de “Tu vida en 65’” donde tenemos el ejemplo de Cristina, Carol, Carmen y también esta el intento de que hayan unos personajes básicos ya que yo escribí una obra llamada “Retazos” que fue donde mas di de mí y ahí siempre había David, Dani, Alejandro e Ignacio. Así que creo que esos cuatro nombres para mí son los básicos de mi mundo.
Ya para terminar… En todas tus películas sueles dejar el final muy abierto. ¿Por qué?
Si y no. En el caso de “Planta 4ª” se dejaba un final abierto para poder retomar la segunda parte que empezaremos a rodar a partir de Mayo. Para “Tu Vida en 65’” cuando hicieron el guión cortaron las tres últimas secuencias que eran más claras pero Maria Ripoll quería que la peli tuviera esa incertidumbre aunque yo quería que quedase muy claro que se suicidaba y en “Va a ser que nadie es perfecto” quedaba muy claro que la dejaba pero Joaquín Oristell prefirió esa risa final para acabar cuando realmente la película terminaba con que él la miraba y decía no. Así que no creo que me gusten los finales abiertos sino que tengo directores a los que les gusta los finales abiertos porque en la primera que he dirigido (No me pidas que te bese porque te besaré), el final está muy cerrado.

Texto y Fotos: Eric Romaguera