martes, 9 de febrero de 2010

Dani Rovira: Todo lo que siempre hemos querido hacer, tenemos por lo menos el derecho a intentarlo

Dani Rovira nació en Málaga y a pesar de dormir más de diez horas diarias (Sin contar las 8 nocturnas), consiguió licenciarse en Ciencias de la actividad física y el deporte a la vez que combinaba sus estudios con algún trabajo en la animación infantil a través de los que experimentaba serias regresiones a su infancia… De hecho, aun cree en los Reyes Magos, en el ratoncito Pérez, en la democracia y en la victoria electoral de Llamazares.
Fue en el año 99 cuando, cansado de que la gente le dijera que tenía mucho cuento empezó a usarlos para contárselos a niños inocentes, puros y angelicales. Un año después embargado por el ambiente y la atmosfera mágica, misteriosa a la vez que neo hippy dominguera granadina empezó a contar cuentos a adultos.
Así fue como nuestro protagonista se vio forzado a convertirse en cómico. Desde el año 2002 viaja por toda la geografía española con sus originales y desbordantes espectáculos de monólogos cómicos, cuentos, improvisaciones y otros menús del día.
El publico caracteriza su humor como critico, inteligente, acido, imprevisible y en ocasiones surrealista. Dicen las malas lenguas que nunca se ha quedado en blanco encima de un escenario y que ha toreado en plazas tan malas que nadie ni nada le da miedo (Solamente George Bush y Doraemon)
Como colaborador de “Estas no son las noticias” cruzo irremediablemente su destino con Quequé y Dani Martínez. Actualmente se encuentra colaborando y formando parte de la plantilla de Paramount Comedy en su programa Nuevos Cómicos a la vez que hace su gira por distintos teatros de España con su espectáculo “¿Quieres Salir conmigo?” donde nos cuenta sus vivencias en unos momentos mejores (Mucho anteriores a la crisis), donde parecía que todo era mucho mas bonito y formal por el simple hecho de tener algo mas de inconciencia a la vez que algo menos de edad. ¿Recuerda aquella época en la que para dar un beso a alguien teníamos que pedir permiso? Que rápido se olvidan los primeros amores, el sacapuntas, comer plastilina, pedirle para salir a la chica que te gusta, la leche y las galletas… Un adulto ya no tiene tiempo para estas cosas.
Ya lo dijo Gómez de la Serna: “Cuando miramos al abismo de la vejez, los niños vienen por detrás y nos empujan” Niño… ¿Por qué no empujas a tu padre?
Reivindica tu tiempo, tus costumbres… Ríete, emociónate, recuerda, pero no te relajes: mírala a la cara y dile ¿Quieres salir conmigo?
Te has instalado en la sala Muntaner de Barcelona para hacerle la pregunta al publico ¿Quieres salir conmigo? ¿Cómo lo vas a sorprender?
La pregunta mas correcta seria como no los voy a sorprender. Las emociones están garantizadas desde el principio. Al entrar van a encontrar una musiquita que aflore muchos sentimientos. Un poco lo que me propongo con este espectáculo es que la gente experimente muchas emociones, desde la risa hasta la emoción pasando por la nostalgia, la intriga e incluso el miedo escénico.
Nos hablas de mezcla de emociones haciendo de cómico… ¿Utilizas tu faceta de Cuentacuentos en los monólogos?
La faceta en la que más a gusto me siento es en la que puedo hacer varias cosas a la vez. Dentro del monologo hay un cuento del que casi la mitad del cuento es improvisado. En este espectáculo me siento mas completo. Hago un poco de teatro, tiro un poco de los cuentos, de la improvisación. Me podría considerar un hombre orquesta.
Un éxito el día del estreno…
La verdad es que si, pero no te puedes fiar de esos datos porque la gente que vino a verme eran todo invitados. No se si se lo pasaron mejores ellos o yo.
El espectáculo se llama ¿Quieres salir conmigo? Me parece que esa pregunta la hice yo por última vez a los 15 años y desde entonces ha llovido bastante…
Para mi es una frase súper bonita por los tiempos que de adolescencia e inicios de juventud que representa. Aun que la mayoría de nosotros nos lleváramos muchas calabazas, es una frase que nos trae un recuerdo bonito. Al fin y al cabo, el espectáculo es un canto a eso. Ya no solo a la nostalgia y al recordar por recordar si no el porque a ciertas edades dejamos de hacer cosas que antes hacíamos y eran cosas muy bonitas. El mejor ejemplo era que cunado te gustaba un chico o una chica, se lo decías, las cosas eran muy claras y todo tenía una especie de protocolo muy mágico. Ahora las cosas no se hablan y todo eso se esta perdiendo. Creo que si a tu pareja no le pides para salir, esa pareja no es oficial.
¿Es el momento, la época o la edad?
Creo que si ya no se dice es por dos cosas, una de ellas es que ya no somos tan valientes como antes y la segunda es que no somos tan inconscientes como antes. Antes la inconsciencia y la valentía hacia que fuéramos a por todas. Ahora parece como que nos lo pensamos más. La gente tiene las heridas de guerra y llevan puestas las armaduras. Decir te quiero o ¿Quieres salir conmigo? Es como poner tu pecho al descubierto y lo mismo puede ser que te den un abrazo o una bofetada. Conforme van pasando los años nos vamos haciendo más cobardes. Hablo de “quieres salir conmigo” pero puedo hablar de muchas otras cosas como los sueños que cada uno quiera cumplir, trabajar en lo deseado… Nos acomodamos en una posición y de ahí no nos sacan. Todo lo que siempre hemos querido hacer, tenemos por lo menos el derecho a intentarlo.
No solo tenemos recuerdos del amor… Nos hablas de las épocas infantiles con el tazón de cola Cao y los dibujos animados ¿En que te has inspirado?
Me he inspirado en mis recuerdos. El espectáculo es bastante autobiográfico. Es como si me hubiera tumbado en un diván y sacando un bolígrafo y un papel hubiera hecho la escritura automática sacando muchas cosas que llevo dentro. El que vea el espectáculo, se marchara conociéndome bastante. Si, las herramientas que cojo son cosas que me han pasado y creo que no me invento nada, lo que pasa es que al hacerlo cómico esas cosas que parecen reales las exageras las comparas y eso hace que también arranque la risa. El humor no es otra cosa que plasmar la realidad con distintos tonos de color que hacen que la gente se ria.
Tienes un estilo diferente, pues no solo haces stand-up comedy si no que en este espectáculo también tienes unos videos que se proyectan en la sala…
La manera que tiene todo cómico de mejorar es no parecerse a nada y tener un estilo propio. El mío, no sabría decirte. Como vengo del teatro me gusta no utilizar solo la palabra. Con el cuerpo se pueden dibujar muchas mas imágenes.
¿Crees que lo que cuentas tiene una moraleja?
¡Por supuesto! Pero cada uno le saca la moraleja que quiere. Esto es como un cuadro de Van Gogh; quizá el ha querido decir una cosa, pero a mi me importa poco lo que ha querido decir el. Lo que si que intento es que el monologo en todos los espectáculos, el publico piense y salga con una idea de que piensa el cómico y como se posiciona. Hay un momento que los cómicos no podemos hacer reír mas y el siguiente paso es transgredir y mojarse. Hay un momento en el que dejas de hablar de la Guardia Civil, de los botellones y las novias para dar un paso más y hacer reír pero contando lo que te cabrea, lo que te preocupa y lo que te hace llorar. Creo que ese es el paso que se esta a punto de dar en este país.
¿Es difícil no hablar de crisis en esta época?
Pues fíjate que en este espectáculo, no hablo en ningún momento de la crisis. Tampoco me influye a lo malo porque ese ratito de risas es difícil que nos lo quitemos. La gente se quita antes el gimnasio que poder ir al teatro a desconectar.


Texto: Eric Romaguera
Fotos: K de Comunicación

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